2 Tesalonicenses 3:5
«Que el Señor los lleve a un entendimiento pleno del amor de Dios y a la perseverancia que proviene de Cristo».
Dios desea guiarnos con sabiduría
Nuestro Padre no es un Dios lejano. Él anhela mostrarnos el camino correcto, pero esa guía comienza con un corazón humilde, dispuesto a dejar el pecado y abrazar Su dirección.
El amor de Dios es nuestro fundamento
Cuando entendemos cuánto nos ama Dios, dejamos de correr detrás de soluciones rápidas. Su amor nos da seguridad, nos consuela en la espera y nos recuerda que todo lo que Él permite tiene propósito.
Cristo nos enseña a perseverar
La paciencia no es pasividad, es confianza activa. Jesús mismo perseveró hasta el final confiando en el Padre. Nosotros, en medio de la incertidumbre, podemos mantenernos firmes siguiendo su ejemplo.
La Biblia es la brújula para nuestro discernimiento
Leer la Palabra con un corazón abierto nos alinea con la voluntad de Dios. No se trata solo de entender con la mente, sino de dejar que el Espíritu Santo nos hable y transforme desde adentro.
Esperar también es obedecer
A veces queremos respuestas rápidas, pero Dios nos invita a confiar en Su tiempo. En la espera, Él trabaja en nuestro carácter, fortalece nuestra fe y nos prepara para lo que viene.
Hoy, decide buscar la voluntad de Dios no con prisa, sino con humildad y esperanza. Él te ama, te guía y quiere lo mejor para ti. Que el Señor te lleve a un entendimiento más profundo de Su amor, y te llene con la perseverancia de Cristo.
